¿Alguna vez te has sientido como una extraña en tu propia vida? Estás lidiando con el trabajo, las relaciones y tus metas personales, pero algo no encaja. Esa chispa que solía iluminarte se ha apagado, y ahora te sientes perdida, desmotivada y tal vez incluso un poco asustada.
Si esto te resuena, no estás sola. Muchas mujeres entre los 30 y los 50 años se sienten así, y no porque estén fallando, sino porque sus cuerpos intentan decirles algo.
Spoiler: probablemente esté relacionado con los cambios hormonales de la perimenopausia.
Por qué te sientes “rara”
La perimenopausia es una etapa completamente natural en la vida, pero puede poner todo patas arriba. Tu cuerpo empieza a producir menos estrógeno y progesterona, lo que puede causar desde confusión mental y cambios de humor hasta ansiedad y una crisis existencial en toda regla.
Lo sé porque yo también lo viví. A mis 30 y tantos, me enfrenté al temido “¿Quién soy? ¿Qué estoy haciendo con mi vida?” con mucha fuerza. No tenía idea de lo que era el declive hormonal, así que, en lugar de abordar el problema desde la raíz, busqué respuestas en terapeutas y medicamentos. ¿Funcionó? No. No fue hasta que comencé a entender mi cuerpo, a nutrirlo correctamente y a hacer ajustes, que todo mejoró.
¿Fue fácil? Para nada. ¿Valió la pena? Absolutamente. Como coach de salud, mi momento favorito es cuando las mujeres llegan a mi programa buscando perder peso y terminan olvidándose de la báscula, porque han encontrado un propósito.
¿Fue fácil? No, pero valió la pena. Y déjame decirte que, como coach de salud, lo que más me gusta es ver a mujeres que llegan a perder peso y abandonan mi programa sin preocuparse más por la báscula, porque han encontrado su propósito.
Estrés y caos hormonal
Aquí está la clave: la perimenopausia no es solo un cambio hormonal, es una oportunidad para soltar lo que la sociedad te ha impuesto y empezar a preguntarte qué es lo que realmente quieres. Ignorar esta pregunta genera estrés, y el estrés constante eleva tu cortisol. El cortisol alto desajusta aún más tus hormonas. Es un círculo vicioso.
Fisiológicamente, esto es lo que pasa: mientras tus hormonas disminuyen, tu cuerpo entra en modo pánico. Se produce inflamación. Los órganos que antes tenían un solo trabajo ahora intentan compensar lo que tus ovarios ya no hacen. Esto estresa a tu cuerpo y a tus emociones.
Además, las hormonas afectan tu cerebro, amplificando sentimientos de ansiedad y cambios de humor. Pero aquí está la verdad: una hormona por sí sola no genera emociones como la ansiedad. Esa ansiedad proviene de recuerdos o experiencias, y las fluctuaciones hormonales solo amplifican lo que ya está ahí.
Entonces, la gran pregunta es: ¿vas a adormecer esas emociones con medicamentos o estás lista para enfrentarlas y resolver de una vez por todas lo que te está aplacando tu felicidad?
Una hormona no puede crear emociones como la “ansiedad” por sí sola. Esa ansiedad surge de recuerdos o experiencias, y las fluctuaciones hormonales solo exacerban lo que ya está presente.
El plan de empoderamiento de la "mediana edad"
A finales de los 30 y los 40, no se trata de “asentarse” porque te estás haciendo mayor. No. Este es el momento perfecto para reconectarte con tu cuerpo, física, mental y espiritualmente. Tu cuerpo está listo para esta próxima fase. La pregunta es: ¿ estás lista para ayudarle?
Esto es lo que recomiendo:
Acepta el cambio: sentirse perdida no es señal de fracaso, sino de que necesitas reconectar. La perimenopausia no es para siempre; es solo una etapa.
Aliméntate con sabiduría: dale a tu cuerpo alimentos que nutran tus hormonas: omega-3, fibra y fitoestrógenos (piensa en linaza, brócoli y pescados grasos). ¿Necesitas ayuda? Descarga mi guía gratuita de Armonía Hormonal.
Trabaja con tu cuerpo, no contra él: prueba una nutrición enfocada en las hormonas o el ayuno intermitente basado en tu ciclo para estabilizar tu energía y claridad mental. Los pequeños cambios intencionales hacen una gran diferencia.
Reconecta mente y cuerpo: sal de tu cabeza y conecta con tu cuerpo. Escribe un diario, practica la atención plena o haz grounding. Estas prácticas calman tu sistema nervioso y ayudan a equilibrar tus hormonas.
Encuentra tu tribu: no estás sola en esto. Ya sea un coach, una amiga o un grupo en línea, apóyate en otros. Compartir tu experiencia marca la diferencia.
Perimenopausia: ¿reinventarse o reconectarse?
La perimenopausia no es solo un declive hormonal, es tu cuerpo pidiéndote que despiertes. Es una invitación a redefinir lo que quieres de la vida. Escucha a tu cuerpo, suelta lo que ya no te sirve y abraza este capítulo transformador.
Una de mis clientas, una mujer de 46 años de Liverpool, UK, vino a mí buscando ayuda para su salud intestinal tras años de antibióticos. Pero cuando le pregunté: “¿Crees que tienes una linda vida?”, se quedó en silencio. Un largo minuto después, susurró: “No lo sé”.
Durante nuestra sesión, hicimos dos listas. Tenía nueve cosas en su lista de “Lo que me hace sentir triste” y solo una—sus hijos—en “Lo que me hace feliz”. Odiaba su trabajo, su matrimonio, su casa (que eligió solo para hacer felices a sus padres) y su vida. ¿Los problemas intestinales? No eran bacterias, era estrés crónico. No estaba enferma; era miserable.
Pero la cuestión es la siguiente: reconocer la miseria es el primer paso. Recuperar la propia vida requiere coraje, pero es posible.
Mi mayor lección a los 40
Estoy profundamente agradecida por la guía que me dieron mis padres durante mi infancia, pero hoy, como madre, también sé lo importante que es vivir la vida para uno mismo. Sin amor propio, buscarás constantemente la validación externa y dejarás que tus talentos e inteligencia pasen a un segundo plano ante las expectativas de los demás.
La verdad es esta: reinventarse no se trata de ser alguien nuevo. Se trata de reconectar con la persona que siempre has sido.
Así que dejemos de buscar respuestas fuera de nosotras. Ya tienes lo que necesitas. Solo tienes que escucharte.
Nos vemos la próxima semana para el siguiente paso en este viaje. Crezcamos juntas.
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